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jueves, 28 de febrero de 2013

Limpiando dudas

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Me llamo Juana, Juana Bon y tengo licencia para fregar. Mi trabajo no es de mucho glamour, pero desde que trajino en esta empresa reconozco que me siento más importante. Eso de trabajar en una compañía de hacer películas tiene su punto para presumir con las amigas. Delante de ellas me doy muchos aires, que si he conocido a tal actor, que si me ha dirigido la palabra, que si he estado en su camerino,  todas me miran con envidia. Pero la pura verdad es que cuando llego no hay nadie, solo mucha porquería y desorden. Lo que más me molesta es que hay  manchas de un líquido que cuesta mucho de quitar, no sé, si no supiera que esto es un sitio donde se hace cosas que no son verdad, me mosquearía, es que lo hacen tan bien, pero tan bien, que huele igual que la sangre.
Hoy ha venido la policía a interesarse por mi jefe y me han enseñado la foto de esa actriz tan guapa que dicen en la tele que ha desaparecido. Me han preguntado también si yo la he visto, les he dicho que no, que solo me dedico a lo mío que es tener bien limpio este local. He pensado si debería haberles contado lo de las manchas que he fregado estos días atrás, pero me ha parecido que mejor no. El asunto del trabajo está muy mal y aquí son puntuales a la hora de pagar.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Maquillando

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 Ya lo decía mi madre: las cosas bien hechas hay que hacerlas con cariño y dedicación. Necesitas un poco más de colorete y en las pestañas, cuando se seque bien el rímel,  daré otra pasada para alargarlas más. Los labios me han quedado a punto de caramelo, bien perfilados y con el toque justo de brillo, jugosos, esa es la palabra. Para terminar, una capa de polvos por todo el rostro y listo, estás perfecto. Dentro de un rato, cuando oscurezca, te pondré en  alguna esquina de la ciudad. Espero que la policía aprecie lo bien arregladito que has quedado. Agradecerán que  haya cosido hasta el agujero con el que te he partido el corazón.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Soliloquio de un mordedor

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He soñado que se me caía  toda la dentadura, estoy preocupado porque desde que el problema llegó tener una buena dentición es muy importante para sobrevivir. Mi mujer se ha reído cuando se lo he contado, no le ha dado importancia. No sé qué puede significar el sueño pero no dejo de pensar que no debe ser nada bueno. Perder mis dientes sería una catástrofe, no lograría cumplir con mi trabajo ni salir de caza con los amigos. Es problemático pertenecer al bando de los mordedores, no somos muchos, el día a día es difícil con tanto zombi en las calles. Hay momentos que de tanto engullirlos llego a atragantarme. Siempre tengo que llevar un traje de repuesto, son tan viscosos que nunca consigo hincarles el colmillo sin que me salpiquen sus jugos. Mi mujer dice que eso es porque solo se alimentan de comida de los contenedores y que debería estar contento de que existan tantos,  poder morderles y  dejarlos sin sustancia nos permite mantener nuestro estilo de vida. No me acaba de convencer esa explicación desde que los veo agruparse y protestar más fuerte,  tampoco me atrevo a decirle que una de mis muelas ha empezado a moverse.