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miércoles, 9 de octubre de 2013

Manuel-Raquel

Ilustración de Catiak




Es difícil, pasear alzada sobre unos tacones de veinte centímetros con un pie del cuarenta y seis. Es difícil, aguantar las lágrimas siempre. Es difícil, no oír los cuchicheos a tu espalda, las risas indisimuladas a tu paso. Es difícil, evitar enamorarse de quien nunca será capaz de ver la mujer que vive en tu interior. Es difícil, que el mundo comprenda que no elegiste nacer con este cuerpo, que no te muestra, que te ciñe y te aprisiona, que te condena a una larga agonía. Es difícil, enfrentarse cada día a la imagen que devuelve el espejo, a la angustia de no encontrarte en esa cara que observa sin reconocerte. Pero, es fácil alzarse desde la barandilla de ese puente, para abrazar el vacío, soñando que esa oruga permita eclosionar la belleza de la mariposa que lleva dentro. Al final no importará que fuera difícil o fácil, solo percibirán el cuerpo de Manuel sin entender que dentro aprisionaba a Raquel.