—¡Bienvenidos, señoras y señores! Pasen, pasen por
aquí… Es un poco estrecho, pero si quieren disfrutar de nuestro nuevo paquete
de turismo a la pobreza estos son los pequeños inconvenientes…
—¡Dios mío! ¿Cuántos metros tiene esta casa? Y… ¿qué
olor tan horrible es ese…?
—Este piso tiene unos sesenta metros. El olor, es
parte de la visita guiada, ya saben… ustedes han pagado por conocer la vida
típica de las familias que no llegan a final de mes. Se trata de coliflor
hervida…
—¿Coliflor…? ¡Es espantoso…! ¿Cuántas personas viven en este lugar?
—¡Ah! pues normalmente este tipo de vivienda estaba
pensado para una pareja.
—¡Tantos…! ¡Pero si mi habitación de invitados tiene
el triple de tamaño que este cuchitril…! ¡Esto es una madriguera…!
—¡Perdón, señora! Le decía que eso era antes, pero
dadas la actuales circunstancias ahora viven siete personas… La abuela los ha
tenido que acoger, es la única que tiene ingresos.
—¡Imposible!
—No, no, señora, esta gente sabe hacer milagros con
el dinero y hasta consiguen comer una vez al día. Y si no, recurren al
contenedor de basura del supermercado.
—¡Oh, es emocionante! Doy por bien pagado este
viaje. ¿Puedo tomar fotos? No muerden ¿verdad?
—No, tranquila, están entretenidos con la
televisión, hoy hay fútbol…
—¿Tienen más paquetes vacacionales de este estilo?
—Sí, señora, tenemos uno aún más emocionante. Es un
recorrido por todos los lugares donde se reparte comida a familias como…
—Cuente, cuente… no importa el precio, mi marido recauda
en sobres.
Con este micro participo en la Primavera de Microrrelatos Indignados 2013. Si queréis conocer más micros indignados seguir este enlace pinchando aquí.