Ilustración de Catiak |
Es difícil, pasear alzada sobre unos tacones de
veinte centímetros con un pie del cuarenta y seis. Es difícil, aguantar las
lágrimas siempre. Es difícil, no oír los cuchicheos a tu espalda, las risas
indisimuladas a tu paso. Es difícil, evitar enamorarse de quien nunca será
capaz de ver la mujer que vive en tu interior. Es difícil, que el mundo
comprenda que no elegiste nacer con este cuerpo, que no te muestra, que te ciñe
y te aprisiona, que te condena a una larga agonía. Es difícil, enfrentarse cada
día a la imagen que devuelve el espejo, a la angustia de no encontrarte en esa
cara que observa sin reconocerte. Pero, es fácil alzarse desde la barandilla de
ese puente, para abrazar el vacío, soñando que esa oruga permita eclosionar la
belleza de la mariposa que lleva dentro. Al final no importará que fuera
difícil o fácil, solo percibirán el cuerpo de Manuel sin entender que dentro
aprisionaba a Raquel.