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Un mal día
Siempre se ha dicho que unos nacen con estrella y otros estrellados, pertenezco a estos
últimos, leed mi historia y veréis si tengo o no razón.
Con la firme idea de suicidarme cogí la cuerda más
fuerte que pude encontrar y me dirigí resuelto hacía un puente. Contemplé
durante unos minutos el cielo y el paisaje que desde allí se vislumbraba, una
visión hermosa, pero no lo bastante para frenar mi decisión. Até bien la cuerda a la
barandilla y encaramándome sobre ella sostuve con fuerza el nudo alrededor de
mi cuello, y con los ojos cerrados me impelí al vacío. Lo siguiente que
recuerdo es un terrible dolor en el cóccix y la agonía de intentar gritar mi
sufrimiento. ¿Esto es morirse?, pensé, ¡qué raro! Al abrir los ojos contemplé
el mismo paisaje que unos momentos antes y para mi consternación descubrí que la
cuerda, ¡la maldita cuerda!, se había roto. Una parte colgaba del puente y la
otra aún seguía en mi cuello, riéndose de mí. Fue tanta mi rabia que me dirigí
al pilar más cercano y sin pensar me líe a darle golpes con mi cabeza, una y
otra vez. Al cabo de unos segundos empecé a notar diminutos ríos de sangre que
se deslizaban por mi cara. Me estaba hundiendo en la inconsciencia cuando oí el
primer choff, después otro y otro hasta que la curiosidad fue tan grande que
abrí los ojos y miré. A mi alrededor caían personas una detrás de otra, pensé
que los golpes me habían trastornando, aquello era una locura. Al intentar
asomarme casi me aplasta una señora gorda que caía a toda velocidad enseñando
sus inmensas bragas de color carne, la esquivé por milímetros. ¿Qué estaba sucediendo?
Refugiado bajo el puente contemplaba aquella lluvia de cuerpos, me dirigí hacía
el más cercano, aún respiraba, y arrastrándolo para evitar que nos cayera
alguien le empecé a dar palmaditas en la cara. Me miró alucinado, quizás
sorprendido de estar vivo. ¿Se puede saber que está pasando? ¿Por qué se tira
la gente?, le dije. Cerró y abrió varias veces sus ojos con una expresión de infinito
asombro, a duras penas alcancé a oír sus palabras ¡Insensato! ¿No has oído las
trompetas? ¡Es el fin del mundo! ¡El fin del mun…! Ya no habló más.
Y aquí estoy, sentado bajo este pasadero
contemplando como cae la gente sin parar y sintiéndome el más ridículo de los
mortales. Solo a mí se me podía ocurrir suicidarme el día del fin del mundo.
Micro que participa en la propuesta de Marina, del
blog No me vengas con historias. Como queda una hora para ese fin del mundo, a
lo mejor te apetece saber las ocurrencias de otros participantes. Puedes verlo
pinchando aquí.
46 comentarios:
Muy apropiado para el momento, jajaja!!
Abrazo!
No sé cómo lo has hecho, Ely, pero has conseguido darle un aire liviano a un tema espeluznante. Le has dibujado una sonrisa ambas catástrofes: la personal y la mundial.
Leyéndote, veo que el fin del mundo es cosa de broma. Mejor así jajajaja
Beso grandoT
Suicidio colectivo y después, como diría, Peter Griffin, chocolatada.
Abrazotes póstumos
Podría haber sido peor. Bueno no, no podría :P
¡Gracias por participar!
Pues sí, ha escogido mal día para suicidarse, ¡con la de días al año que hay!
Ah, no , que esto ya se acaba ¿no?
Besos y abrazos,
¿Y porqué no se deja aplastar por una de esas gordas? Una muerte ridícula, pero qué más da, mañana no habrá nadie que se ría.
Un beso
Total, que al final el mundo no se acabará y el pobre hombre se quedará colgado hasta los resto. Ya hay que nacer estrellado, ya. Un toque de humor negro para el fin del mundo. Bienvenido sea ;)
¡CADFDM leído!
Plas,plas,plas buenísimo Ely!!!
Besos de fin desde el aire
Estoy de acuerdo con Patricia, logras una imagen curiosa y cómica de un momento dramático. Agilidad y frescura, haces que parezca facilísimo.
Un abrazo debajo del puente
Es dramático pero hilás muy fino el humor negro y eso lo hace una joyita! Magnífico, Ely. Saludos van!
¡Qué bien contado Ely!. Me gusta esta idea tontorrona de suicidarse justo cuando ya no era necesario.
Lo de la gorda cayendo con sus bragas ... ¡es de traca!. Con lo fácil que lo tenía dejarse aplastar. Aunque habiendo nacido estrellado ¡quién sabe si con una sola "gorda" le bastaría!.
Un beso Elysa. Me ha gustado mucho.
Me has arrancado una sonrisa mientras tomaba café. Me gustó mucho tu relato. Un abrazo.
Bragas color carne...
Te lo podía haber ahorrado eh?
Besos.
Nunca hubiera imaginado un apocalipsis tan diverido , Ely.
Un beso
Perdón, quise decir divertido ¡ups!
Ely, si tiene calamidad tu personaje, aunque claro elegir suicidarse el día del fin del mundo tiene delito.
Muy divertido y muy visual.
Felices fiestas.
Bessets.
Pues ya hay que ser gafe, madame, para no ser capaz de morirse ni el día del fin del mundo!
Nosotros intentaremos disfrutar de las horitas que nos queden.
Felices fiestas!
Bisous
Jajajajajaja... Lo que le pasa a este hombre tiene dos explicaciones muy lógicas: a) Ley de Murphy b) si después de la muerte a los suicidas les espera el infierno, él ya está en su infierno, todo el mundo muriéndose y él, que quiere morirse, debe vivir viendo a los demás cumplir su deseo.
Un besazo
Fabuloso, como siempre
Qué arte tienes escribiendo Ely!!
Con cuanta ironía, detalle y humor describes un suceso trágico.
Mis sinceras felicitaciones, cada día escribes mejor.
abrazos a trillones
Buena historia Ely. Tu personaje ha conseguido el negativo de su planteamiento, son caras de la misma moneda.
Gracias por el relato. Besos
Humor negro del bueno. Me gustó mucho.
Abrazos a tumba abierta.
No siempre acertamos con nuestras decisisones. Y menos si el destino ya estaba tan universalmente marcado.
Mi primera sonrisa del día, gracias.
Besos
¿El detalle de las bragas era estrictamente necesario. Ja ja ja
Lo mejor es que haya caído de culo, porque ese dolor que sintió lo delata. Mucha gente va toda su vida así, de culo; incluso en el hecho de ser el único que vive en el fin del mundo. Muy bueno.
Excelente texto; y simpático, sobre todo cuando se aparta de la trayectoria de la señora gorda con las bragas color carne que, si le hubiera alcanzado, habría conseguido hacer realidad su propósito, jejeje...
Estoy algo ausente estos días por los blogs, pero he visto sus visitas. Muchas gracias por su maratón por mi blog. Espero que se lo haya pasado bien.
Un abrazo y Felices Fiestas.
Qué bueno, Ely. Me parece de los mejores que he leído de esta inciativa. Fíjate, no habría más días para tirarse...
Un abrazo,
Me sumo a lo apuntado por Patricia, Ely; el oficio con el que introduces el humor en la historia hace que el micro gane en calidad. Brillante el uso de los detalles -como esas bragas color carne- y buena apuesta por la paradoja que me hace dudar de si -llegado el momento- querría o no morir.
Un beso.
Todo por no centrarse en lo que hace, si hubiera seguido con los cabezazos...
Me gustó mucho.
Contigo da gusto suicidarse. Lo que me he reído, casi me muero. Es que además es muy visual, ese llover suicidas embragados y evitar que te salpiquen. Un abrazo, suicidaora.
muy bueno Elysa. Esta vez no te has cargado a muchos políticos. Gracias por venir a la presentación
Un beso
muy bueno Elysa. Esta vez no te has cargado a muchos políticos. Gracias por venir a la presentación
Un beso
jajaja muy bueno. Gracias por la sonrisa.
saludillos navideños
Un saludo Elysa y un abrazo. Te deseo todo lo mejor. Menos mal que se rompió la cuerda.
Extraordinario y magistralmente contado...
Has sabido unir el drama y el sarcasmo e ironía..
Me ha gustado un montón. Yo sí hubiera que votar lo tengo claro.
Besicos
Elysa:
Con este mensaje un poco generalizado, lo reconozco, ya que no tengo otra forma de llegar a todos los amigos, quiero desearte Feliz Navidad.
Un fuerte abrazo.
HD
Un cuento tremendo! Me ha encantado
Un beso y felices fiestas, me pasaré también a felicitarte el año
Tú, Ely, a diferencia de Shamalán, conviertes el suicidio colectivo una situación jocosa, con bragas color carne y todo. Hacía tiempo que no conocía a nadie con tan mala suerte como el protagonista de tu relato. Gracias por arrancarme una sonrisa.
Un abrazo y felices fiestas.
Me arrancaste la sonrisa.
Un beso, Elysa.
Y Felices Fiestas.
¡FELIZ NOCHE! Bss desde Un Jardín para MariCari y por supuesto, para ti.
Solo a ti se te podía ocurrir una catástrofe que no termina de ocurrir. Serás ocurrente :-)
Un beso
Pues sí, a quién se lo ocurre. Lo de suicidarse siempre es mejor dejarlo para mañana. Besos navideños.
Ay, Dios, Ely qué sonrisa acabas de sacarme y eso que yo soy duro de pelar respecto al humor.
Soberbio, genial y ... ¡qué más te voy a decir!
Un besote gigante
Mirar al cielo y ver caer a una gorda con unas inmensas bragas de color carne, eso es el apocalipsis.
Un beso.
Genial esa idea de contraponer el fin del mundo a dos niveles personal y global. Luego todo el humor que lo salpica termina de mejorarlo.
Enhorabuena.
Un saludo
Muy bueno ....Me gusto mucho
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