—¡Hola…!
—Buenos días, dígame…
—Es aquí la oficina de empleo…
—Sí, está usted en ella…
—¡Ah! pues muy bien… vengo a por un trabajador… Me gustaría que fuera muy activo, soltero, fuerte…
—¡Perdón…! Me imagino que usted viene a ofrecer un trabajo…
—¡No, no…! Yo no he dicho eso, lo que quiero es un…
—¡Vamos a ver, señor! Está claro que si usted quiere un trabajador es porque tiene pensado ofrecerle un trabajo… ¿no?
—Eso de ofrecer faena suena a pagar un salario… y no, no es ese mi caso…
—¿Perdone…? No sé si he oído bien… Normalmente todos los trabajos son remunerados…
—¡Bueno… eso era antes…! A usted todavía no le han informado por lo que veo…
—¿De qué me tienen que informar…?
—De que usted está aquí para facilitar la búsqueda de trabajadores lo más rápida y cómodamente para el empresario…
—¡No, no! ¡Usted está muy equivocado! Mi labor consiste en conseguir que las personas encuentren un trabajo lo más adecuado a sus capacidades y…
—¡Pare, pare…! No me diga más, seguro que también me dirá que además tienen que cobrar…
—¡Pues sí…! Toda la vida ha sido así… lo contrario sería como decir que está buscando un esclavo…
—¡Ah, bueno! El nombre no tiene mayor importancia, trabajador, esclavo… ¡qué más da!
—¡Oiga! ¡Pero usted qué se ha creído…!
—¡Ssss… tranquilito…, no se me altere! Yo he venido aquí con buenas formas y muy educadamente a buscar un trabajador, si usted no sabe contestar o resolver el tema me lo dice y me voy a otra mesa a ver si alguno de sus compañeros sabe. Yo que usted me prepararía un poquito para estar en este puesto. Tal y como están las cosas no tiene garantizado nada…
—¡Oiga usted…! ¡Esto…! ¡Esto es indignante…!
—¡Mire, déjese de monsergas y haga el favor de mirar su fichero…! Tengo prisa y quiero un trabajador ¡ya…! Ofrezco 14 horas de trabajo, el sueldo si lo hay ya se verá y nada de pagar horas extras. Por supuesto el mes que la empresa flojee le bajaré el jornal y sobre todo que calle la boca y no se queje…
—¡Claro, claro…! Y... si la empresa dice que tiene perdidas ese mes no cobrará nada ¿verdad? Pero eso sí… ¡seguirá trabajando! ¡Pero usted que se ha creído…!
—¡Oiga, oiga…! No me gusta nada el tono con el que se dirige a mí… ¿Dónde está su superior…? ¡Va a saber usted lo que es bueno! ¡Se habrá visto manera de tratar a un honrado ciudadano…!
Con este relato participo en la 2ª jornada de la "Primavera de microrrelatos indignados".
Si quieres leer micros de otros autores también indignados puedes visitar estos blog:
La colina naranja y Explorando Lilliput
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La colina naranja y Explorando Lilliput
34 comentarios:
Con tu arte dialogado, Elysa, narras una escena que es muy creíble. Hay empresarios honestos, seguro, pero duran poco, tendrán que cerrar.
Y demos gracias que algunos aun cobramos.
Muy buen dialogo. Un besazo.
Un dialogo que a priori parece surrealista, pero me juego lo que quieras a que más de uno lo ha pensado.
Indignados es poco, para lo que estamos soportando... y lo que es peor, lo que nos queda.
Genial y perfecta, como siempre.
Un besito grande grande mi niña.
Al paso que vamos tu relato será una cosa normal.
Que desastre...
Besos.
Andá, pero estabas cuando mi ex-jefe decidió despedirme? Eres buenísima Ely...:)
Besos indignados desde el aire
Dominas a tus personajes en el diálogo con absoluta destreza, como siempre.
Una ficción muy real.
Un abrazo.
Peor que esclavos, madame! Vamos a echar de menos la esclavitud, a este paso: a los esclavos, al menos, aunque no les pagasen los alimentaban, los vestían y hacían que recibieran atención médica, porque les convenía que estuvieran sanos para seguir trabajando y rindiendo, y así amortizar lo que les habían costado. Pero es que ahora no te pagan y encima la comida tienes que buscártela tú, y de la atención médica gratuita ya solo van quedando restos que tienden a desaparecer también.
Tantas revoluciones para esto! Todo para acabar consintiendo una sociedad que obliga a sus ancianos a malvivir revolviendo en los cubos de la basura, después de haber trabajado toda la vida y sobrevivir a duras posguerras. Y una sociedad que no ofrece futuro a sus jóvenes, a los que niega acceso a un trabajo digno, y si continúan los recortes, hasta a una educación.
Y no sigo porque me caliento.
Qué buen título! Me temo, madame, que el diálogo del relato es muy realista.
Felices pascuas
Bisous
Ah, y un techo! Los esclavos tenían un sitio en la casa de sus amos. Ahora te quitan la casa y te dejan en la calle sin contemplaciones, y encima tienes que seguir pagando una casa que no es tuya.
Grrrr..........
¡Es genial!
Has retratado a la perfección cómo comprar un trabajador...
Tus diálogos nunca dejan de sorprenderme, son tal como la vida misma.
Besicos
Hermoso, Elyely y, tristemente, real.
Me temo que esto no es un relato surreaista, es un relato adivinatorio... Fabuloso, Ely.
Un beso
Elysa, en este mundo en el que vivimos ya no sé lo que es ficción y realidad. Quizás este relato está extraído de una conversación escuchada, de tu imaginación o de una pesadilla. Pero resulta preocupante, por lo menos para mí, que no me sorprenda que fuese cierto. A este paso...
Como siempre tus relatos dialogados son pura magia.
Bessets.
Me ofrezco voluntario para el puesto. Me suena familiar el jefe...
Un saludo sin fuerzas ni ánimos.
;)
Ely, cuanto arte y cuanta verdad hay en este micro indignado.
Buenísimo.
Esperemos que la cosa no vaya a más.
Abrazos a miles
Me gusta esta iniciativa. Hay que seguir luchando, no nos queda otra.
Les escribí, pero ahora no tengo microrelatos que ofrecer :(
Un beso.
Espero que no lleguemos a tal situación, incluso a pesar de que se pueda dar.
Saludos
De verdad Ely que me has dejado que no se si reir o echarme a llorar. A nosotros ya van dos veces que nos bajan el sueldo y yo solo tengo ya ideas incendiarias jajaj. Un besote.
Otra vez hay que quitarse el sombrero con uno de tus diálogos, Elysa, que además nos trae ironía, retrato y denuncia. Enhorabuena.
Un beso muy grande.
Un dialogo desprovisto completamente de tapujos o cualquier tipo de hipocresía. El día que llamemos a las cosas por su nombre nos vamos a espantar del mundo que construímos (y habitamos).
Una conversación de lujo.
Fuerte abrazo.
Creo que tu diálogo es un avanzado de su tiempo. Elysa, te has adelantado sólo unos años. Eres la Julio Verne de los micros.
Un abrazo, pitonisa.
Ya sabes que admiro tus diálogos. En este nos llevas de la manita desde una situación a absurda sin más a algo indignante con todas las letras, toda la rabia.
Un beso.
Fantástico, Ely.
Lo absurdo de este diálogo es lo que lo convierte en verosímil, porque habrá quién crea que algo como lo que narras no puede suceder, pero te garantizo que -por razones profesionales- conozco casos muy, muy cercanos a este.
Un abrazo.
Ely: duro y real a ambos lados del océano. Sos una maestra del diálogo, algo dificilísimo de lograr pero a vos te sale tan aceitado! Un placer leerte Besos van!
Yo quiero creer que es ficción, hay mucho empresario sinvergüenza y marrullero pero también existen los silenciosos empresarios honestos que luchan día a día para que su empresa no se hunda, que mantienen el empleo y pagan sus impuestos, pero ellos no son noticia y son tan víctimas del sistema como los propios trabajadores.
Me he quedado con tu abrazo, pulse intro antes de tiempo.
Ahí te lo mando con un beso,
Qué bien se te dan los diálogos Elysa. Lo que más me llama la atención, lo que más ternura me produce en esta situación escalofriante es la candidez del empleado del Servicio de Empleo, es de lo que ya no queda. Un beso
El horror acaba de comenzar. Muy bien logrado.
Par de abrazos.
Dinámico, veraz, lástimosamente certero en un futuro más próximo de lo que pènsamos.
Gracias porque me ha proporcionado sonrisas (amargas pero sonrisas, al fin y al cabo) y tu blog, ha sido un gran descubrimiento por el resto de tus aportaciones. Un placer
Liacice (Comedietando)
Como era aquello de que la realidad supera la ficción... espero que no sea así pero tu relato me ha sonado muy real...
Suerte con él.
Un abrazo!!
¡Felicidades por el texto y mucha suerte!, hace unos años leeríamos esto y pensaríamos que la autora esta un poco loca pero ahora...es la pura realidad.
Besos.
Me reiría si no fuese tan triste...
Besos,
Lástima no haber contado co0ntigo cuando me pusieron de patitas en la calle, con el cuento de que la crisis la crisis.
Pues esto es lo que hay. No le demos más vueltas.
Muy original el relato. Parece real como la vida misma.
Un aabrazo
Genial diálogo. A mí no me parece tan surrealista ¿quién sabe hacia dónde vamos?
Besos.
Ésto pone en claro que no debemos permitirlo. Ganas no les faltan de esclavizarnos o convertirnos en alimento para perro.
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